viernes, 21 de octubre de 2011

Cartas A Una Vieja Amiga- Marina.

Querida Martina:



 ¡Espero que estés bien en Londres! ¡Sabía que al final conseguirías los papeles del piso... No hay nada que se te resista! Aunque se te veía muy desesperada...

 Me ha dicho Cristina que ya has empezado las clases. ¿Qué tal es? ¿Se parece a Hogwarts? ¿Cómo son los profesores? ¿Has tenido algúna anecdota digna de contar? No se por qué pregunto esto último, me las vas a contar todas... Como si no te conociera lo suficiente.

 Ya he recibido tu carta. La verdad, hace poco, porque el correo aquí es horrible; sin embargo, me ha encantado. ¡No tenías que regalarme nada por mi cumple! No me hubiera importado... Lo habría entendido. Estás muy ocupada, ¡como para no estarlo!

 Rebeca se marchó el otro día, estuvo una semana de visita. ¡No te puedes imaginar como me alegró que viniera! Fue estupendo, estuvimos recordando viejos tiempos, de cuando estábamos todas juntas... Cavilamos mucho. ¿Te acuerdas de aquella vez, que ibamos caminando, y os confesé que yo quería irme a vivir fuera? Te indignaste toda; me dijiste que no, que estaríamos todas juntas, que no podía ser de otra manera, y que no podía dejarte sola con "este bicho". Rebeca no se lo tomó muy bien.

 Pues eso, que estuvimos recordando este y otros muchos momentos, y la verdad, ¡es un poco curioso! Siempre pensamos que estaríamos todas juntas, pero no; tu en Londres, Rebeca en Nueva York y yo en Dublín. ¡Y no solo eso! También las situaciones. Tu estás estudiando Bellas Artes, ¡Bellas Artes!, en Londres; (como me alegro) Rebeca está trabajando para Apple, aunque eso lo sospeché yo desde siempre; y yo, aquí, en Irlanda, practicando inglés, (aunque la verdad, no se me dá tan mal) enseñando literatura a universitarios, algunos más locos que otros, y, ¡con prometido! Quién lo diría; fuí la primera en encontrar pareja. ¡Asombroso!

 Aparte de eso, Rebeca y yo fuimos muchas veces a pasear por el río; las dos estamos de acuerdo en que deberías venir, aunque solo sea un día, para verlo. ¡Te encantaría! Y la casita... Ella me dijo que es preciosa; muy vintage, eso sí; pero muy bonita. Además, aquí el único ruído ambiental que puedes tener es el de una mula. No pasa ni un solo coche, hay veces que me pone de los nervios. Pero a George le encanta, que le vamos a hacer.

 Bueno, cuéntame, ¿hay algún hombre en tu vida? Que sepas que me he enterado que Rebeca está saliendo con alguien; casado, todo hay que decirlo, pero con alguien al fin y al cabo. ¡Es un comienzo! Desde el galletazo que se pegó con Dani... Pero volviendo a ti; si la respuesta es que si, ¡Quiero saberlo todo! No censures, yo nunca lo hice cuando empecé con George.

 Bueno, cariño, esto se ha extendido demasiado. ¡Y quiero que me contestes en cuanto la recibas! Que luego te olvidas, y si te llamo por teléfono, te cabréas... Aunque hay que reconocer que la idea de las cartas está bien. Así no moriré de hambre, por llamaros a las dos, porque miré la lista de precios y madre mía, ¡Que caro! Así que para mi mejor...

 Bueno, un beso, querida.

 Esperando que le devuelvas su libro,

                                                                                                            Marina.

 P.D: Te envío esta foto que he encontrado revolviendo en viejos trastos. ¿No te acuerdas? ¡Nos la hizo Tonio en la playa! Nos llamó "sus chicas", y Rebeca dijo que sonaba a "sus putas"... ¡A mi me encanta!


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